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China debe estimular la economía de manera sostenible luego del coronavirus

El gasto del gobierno debería incentivar el consumo de bienes y servicios públicos, no grandes infraestructuras e industria pesada
<p>Un trabajador regresa a trabajar en un sitio de construcción en Nanning, capital de la región de Guangxi, sur de China. Los impactos a largo plazo del coronavirus en la economía y la industria de China aún no se han revelado (Imagen: Alamy)</p>

Un trabajador regresa a trabajar en un sitio de construcción en Nanning, capital de la región de Guangxi, sur de China. Los impactos a largo plazo del coronavirus en la economía y la industria de China aún no se han revelado (Imagen: Alamy)

A medida que el brote de Covid-19 se estabiliza en China, el gobierno central está comenzando a hablar sobre cómo proteger la economía y mitigar el virus.

El 3 de febrero, el comité permanente del politburó le solicitó a China que “aborde la epidemia con una mano y desarrolle la economía con la otra”, y continúe trabajando “para alcanzar los objetivos económicos y sociales anuales”. Este doble enfoque fue reiterado el 12 de febrero.

Este año marca el final del 13º Plan Quinquenal, que incluye el objetivo de crear una “sociedad moderadamente próspera”. Durante el período del plan (2016-20), el PBI nacional y los ingresos promedios debían duplicarse en comparación con el 2010.

Para que esto suceda, el PBI necesitaría crecer alrededor de un 6% durante este año. No hay duda de que el gobierno producirá un paquete de estímulo para contribuir a este objetivo. Pero un programa centrado en infraestructura como ferrocarriles y rutas dificultará la transición del país hacia una economía sostenible.

La industria pesada china, en recuperación

El Covid-19 condujo a la prolongación de las vacaciones del Año Nuevo chino en un lapso de casi un mes, situación que afectó a todos los sectores de la economía. En el caso de la industria pesada, la mayor incertidumbre fue la demanda. Los fabricantes intermedios y los promotores inmobiliarios han demorado en regresar al trabajo y la economía en general se ha ralentizado.

Con la demanda aún no recuperada, la producción de las materias primas producidas por la industria pesada, como el acero y el aluminio, ha disminuido, aunque no de manera precipitada. Las tasas de utilización de las acerías se mantienen en un nivel normal de aproximadamente el 70%, sin una reducción importante en la producción. La expectativa es que la producción de acero del primer trimestre disminuya aproximadamente un 3%.

3%


la caída esperada en la producción de acero de China en el primer trimestre

El regreso al trabajo ha aumentado a partir del 10 de febrero. El consumo de carbón en seis de las principales centrales eléctricas ha aumentado de forma lenta pero constante, indicando que la industria está volviendo a la normalidad. El trabajo en proyectos de infraestructura clave, como carreteras y puentes, se reanudó el 15 de febrero, con una fanfarria considerable.

Los expertos que respondieron preguntas en línea para el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente dijeron que, a pesar de los paros generalizados en la construcción, los servicios y la fabricación intensiva en la mano de obra, las industrias pesadas que abastecen a estos sectores continuaron operando durante el Año Nuevo chino y más allá.

No es económico, por ejemplo, detener los hornos en una fábrica de acero durante una o dos semanas, por lo que estos continuaron ardiendo mientras producían una menor cantidad de acero.

El analista Lauri Myllyvirta señaló que China posee un exceso de capacidad a nivel de industria pesada y que el sector podrá aumentar con el fin de satisfacer cualquier aumento de la demanda, y así la producción industrial y el consumo de energía podrán recuperarse pronto.

Los expertos han dicho que la epidemia significará una caída significativa, pero a corto plazo en el consumo de energía por parte de la industria pesada durante el primer trimestre del año, hasta que la epidemia esté bajo control.

Señales de un estímulo centrado en la infraestructura

El Covid-19 es un nuevo desafío para una economía china que ya enfrenta una desaceleración. La respuesta habitual del gobierno a la presión económica es utilizar el gasto público para promover la inversión, particularmente en infraestructura, y hay indicios de que este será el caso nuevamente.

Decenas de billones de yuanes destinados a la inversión están planificados en grandes proyectos en China para este año, según cifras del Economic Information Daily. Las últimas cifras indican que entre el lote de bonos para fines especiales (SPB, por sus siglas en inglés) emitidos por los gobiernos locales a principios de año, mucho más temprano de lo habitual, aproximadamente el 67% se ha destinado al sector de infraestructura.

Los SPB están diseñados para ayudar a los gobiernos locales a inyectar fondos en proyectos específicos, como el riego y las autopistas, para ayudar al impulso de sus economías. Desde enero, los gobiernos locales han emitido alrededor de 950 mil millones de yuanes (USD $ 136 mil millones) de SPB, lo que representa aproximadamente el 73.6% de la cuota de SPB de carga frontal para este año.

La infraestructura de transporte y energía, incluidos los gasoductos, las refinerías de petróleo y las centrales nucleares, está bien representadas en las listas de proyectos que han publicado algunas provincias.

Por ejemplo, la provincia de Jiangsu planea invertir 220 mil millones de yuanes (USD $ 30 mil millones) en infraestructura de los 540 mil millones de yuanes que se destinan a 240 proyectos importantes. De los 233 proyectos principales enumerados por la provincia de Shandong, 25 son sobre construcción de carreteras o ferrocarriles y 16 son proyectos de construcción. Mientras tanto, la provincia de Yunnan anunció un plan de construcción de infraestructura en una reciente conferencia de prensa sobre Covid-19, que incluye 100.000 millones de yuanes para el tren de alta velocidad.

Los analistas económicos esperan que la inversión en infraestructura en China aumente entre un 8% y un 9% este año. Lauri Myllyvirta ha calculado que el feriado extendido redujo en un cuarto las emisiones de carbono de China en las primeras dos semanas del año nuevo lunar año tras año. Estos ahorros climáticos pueden compensarse con un paquete de estímulo gubernamental que favorezca los proyectos de infraestructura.

8-9%


la suba esperada en la inversión en infraestructura en China en 2020

Según Zhang Shuwei, director del Centro de Investigación Ambiental de Draworld: “Si el gobierno facilita la política monetaria y aumenta la construcción de infraestructura, podemos observar un aumento a nivel nacional en la intensidad energética de la economía. Es probable que el consumo energético no se vea afectado, o incluso se mueva un poco “.

Si un estímulo económico es inevitable, al menos debe ser dirigido y no ir en contra de los esfuerzos de China para mejorar la estructura de la economía. El sector de servicios, que ha sido sacudido por el Covid-19, representa el 54% del PIB de China y proporciona una gran cantidad de empleos. El apoyo personalizado será crucial para reconstruir la resiliencia y la confianza, y se encuentra en línea con la transición económica de China.

¿Estímulo sostenible?

A menudo, los economistas chinos debaten sobre la mejor manera de dirigir las finanzas públicas para estimular la economía. El coronavirus ha aportado algo nuevo a esa discusión, al resaltar que los servicios públicos como hospitales y escuelas carecen de falta de recursos y capacidad de respuesta a las emergencias.

El ex alcalde de Chongqing, Huang Qifan, escribió que el gasto gubernamental ha favorecido durante mucho tiempo el transporte y la construcción, al tiempo que pasa por alto las instalaciones y servicios públicos.

Huang cree que el gasto en este último caso sería una forma más efectiva de impulsar el PBI y al mismo tiempo satisfacer las necesidades públicas. En este marco, considera que el gasto del gobierno debería incentivar el consumo de bienes y servicios públicos “para promover un crecimiento económico sostenible y de alta calidad”.

La clave es lo que vemos cuando miramos hacia atrás hacia las lecciones de la epidemia. ¿Nos centraremos únicamente en la alegría de la victoria, o adquiriremos un asombro sobre cómo la naturaleza, la sociedad y nosotros mismos dependemos unos de los otros?

Las provincias de Heilongjiang y Jiangsu están sumando a la salud pública y otros planes de “recuperación” a su lista de proyectos importantes, con fondos de apoyo para los seleccionados. A nivel nacional, la decisión de establecer la mejora de los sistemas de salud pública y respuesta a emergencias como un objetivo clave para la inversión del gobierno será una prueba a la sabiduría de los responsables en la toma de decisiones.

Se cree que el Covid-19 se ha extendido a los humanos a través del consumo de animales salvajes. El público es ahora más consciente sobre la importancia para la salud de convivir en armonía con el mundo natural. Pero hay un menor reconocimiento en que, además de provocarnos enfermedades, la sobreexplotación de la naturaleza también conlleva riesgos sistémicos que podrían causar eventos desastrosos de “cisne negro”.

Cuatro de los cinco riesgos principales enumerados en el Informe de Riesgos Globales 2020 del Foro Económico Mundial son ambientales: cambio climático, pérdida de biodiversidad, clima extremo y la crisis del agua. Como estos riesgos interactúan en lugar de estar aislados, podrían causar una reacción en cadena.

Si queremos incrementar nuestra capacidad de recuperación, necesitamos comprender completamente estos riesgos y asegurarnos de que las instalaciones y los mecanismos para responder estén en su sitio para evitar que los incidentes aumenten de manera catastrófica.

Los riesgos ambientales, como los riesgos para la salud pública, necesitan una gran inversión para protegerse. Hay dos aspectos de esta inversión: uno es gastar en la restauración de nuestro dañado entorno y minimizar más daños; el segundo es la inversión en tecnologías e industrias amigables con el medio ambiente que pueden cambiar nuestro modo de crecimiento económico, para aumentar la “compatibilidad” de nuestra sociedad y nuestra economía con el medio ambiente.

¿Cómo restauraremos la economía una vez que haya pasado la epidemia? Si dirigimos el gasto gubernamental a la construcción de infraestructura con alto contenido de carbono y la industria pesada, como es la costumbre, nos expondremos a un gran riesgo climático. Este tipo de inversión claramente no es sostenible.

Zhang Shuwei dijo: “La clave es lo que vemos cuando miramos hacia atrás hacia las lecciones de la epidemia. ¿Nos centraremos únicamente en la alegría de la victoria, o adquiriremos un asombro sobre cómo la naturaleza, la sociedad y nosotros mismos dependemos unos de los otros? Nuestra respuesta nos llevará por diferentes caminos”.